El mejor corcel [Dia 1][Mañana][Llegada Unicornio]

Los corceles avanzaron por el camino que llevaba hacia Kyuden Doji. Atrás quedó el muro exterior y el mon que daban la bienvenida al lugar. El primer cruce de caminos estaba presidido por una estatua de la dama Doji que daba la bienvenida a todos los invitados y viajeros. Su belleza era digna de las leyendas que de ella se contaban en cada rincón del Imperio. Las casas de huéspedes del clan Mantis, Fénix y Cangrejo se apreciaban desde aquel cruce. Todas diseñadas para cada clan a la perfección, con la sincera intención de hacer que cada familia se encontrase cómoda. Los anfitriones Grulla habían cuidado hasta el más ínfimo detalle en sus construcciones, para ojo de un experto, la mano de un constructor Cangrejo parecía estar tras estas joyas de la arquitectura.


Los sirvientes estaban situados en el camino con estandartes Unicornio, formando un inequívoco camino hasta la casa de huéspedes Unicornio situada al fondo del camino a la derecha de los otros grandes clanes. Avanzando por el camino que derivaba a los diferentes clanes pudieron percatarse que todos estaban vacíos, al menos por ahora. Atrás dejaron el hogar de los escorpiones, hasta finalmente encontrar la pequeña fortaleza violeta. Los acabados, los colores, los olores que allí podían percibir eran como los de su propio hogar. Un pedazo de su tierra en aquel extraño lugar al borde del mar. En el exterior de la entrada, una pequeña comitiva Grulla esperaba con atención la llegada de los Ki-rin.

El protocolo de bienvenida era sencillo, miembros destacados del clan Grulla recibirían a la comitiva del clan invitado en la entrada de su propio kyuden. Su función era agradecer la llegada y dar la bienvenida a los invitados que pasarían allí los próximos meses del invierno. Comenzaría entonces el intercambio de regalos entre ambos, regalos simbólicos como muestra de respeto y cortesía. Como es sabido, la gran ceremonia de bienvenida se llevaría a cabo en la Casa de Bienvenida una vez todos los clanes estuvieran instalados, este año con suerte quizá contarían con la presencia del Emperador.

La comitiva Grulla estaba de pie frente a la entrada, la melena blanca del joven Kakita ondeaba con la suave brisa del invierno. Acompañado por sirvientes y otros miembros de su familia esperaba ansioso la llegada de los imponentes Unicornios.